domingo, 24 de octubre de 2010

Es un "negocio" contrabandear gasolina


Zafra, Lady (2010, octubre 24)Es un "negocio" contrabandear gasolina. disponible: http://www.el-informe.com/periodicodigital/?view=9971&cat=3&ing=1. Vía www.lanacion.com.ve/ elinforme.com.ve, Política


El diario La Nación de San Cristóbal publica hoy un reportaje que pone al descubierto la forma como opera la red de corrupción entre civiles y militares que se dedica al contrabando de gasolina, que tiene desabastecida al Táchira. A continuación el texto completo de este trabajo:
El desempleo, la pobreza y la avaricia son causas por las cuales cada vez son más las personas que ven en el contrabando de extracción, tanto de combustibles como de alimentos, una salida a su precaria situación económica, ayudado por el bajo costo de la gasolina y el gasoil -que son subsidiados en Venezuela-, y el diferencial cambiario del bolívar frente al peso, lo cual hace que estos productos sean muy codiciados en Colombia.
Aunque el contrabando no es nuevo, en los últimos tiempos se ha incrementado de manera vertiginosa. Según manifiestan los conocedores del mercado de combustibles, por la frontera transitan unos 14 mil vehículos diariamente, de los cuales 70% se dedica al contrabando de gasolina.
Se calcula que más de siete mil personas viven de esta actividad ilícita, entre Táchira y Norte de Santander. La economía tachirense depende directamente del comercio con Colombia, de allí que en San Antonio y Ureña la actividad comercial ha disminuido hasta 80%, a raíz de los impasses binacionales, según reporte de la cámaras de Comercio de Táchira y Norte de Santander, lo que además trajo como resultados unos 20 mil desempleados, muchos de éstos ahora se dedican al contrabando.
Lo hacen personas de clase media, baja y media alta, con el empleo de sus propios vehículos, modelos nuevos o viejos, algunos con tanques adaptados y otros no. Aunque la carencia de un empleo fijo y con remuneración suficiente para vivir bien no es justificativo para incurrir en este tipo de actividades ilícitas, poco a poco el contrabando de extracción hacia Colombia se ha convertido en el "resuelve" de muchos tachirenses, que habitan en diversos municipios como San Cristóbal, Junín y Capacho.

"Es un negocio"
Una pimpina de 20 litros de gasolina cuesta 70 bsf en la frontera -en Cúcuta es más cara-, y en territorio venezolano vale apenas 0,70 bsf. Esta es la principal razón por la cual mensualmente, de acuerdo con cálculos de Fedecámaras-Táchira, entran a Cúcuta, y más allá, unos 10 millones 400 mil de galones (1 galón= 3.7 litros) de combustible, 40% de gasoil y el restante de gasolina, es decir, cerca de 38 millones 480 mil litros al mes, ya que la demanda del Norte de Santander es de 12 millones 400 mil litros y Ecopetrol apenas surte 2 millones de galones, según estimaciones de Fedecámaras-Táchira.
Todo esto sale de manera ilícita, a través de trochas y las carreteras, para lo cual miles de personas se valen de diversas estrategias. De hecho, también pagan "vacuna" en alcabalas a las autoridades militares, para que no les pongan trabas en su recorrido.
Es así como una familia residenciada en San Cristóbal, por ejemplo, que posee cuatro miembros, pero ninguno está conforme con los ingresos que percibe, dos de ellos sin empleo actualmente, decidió dedicarse a llevar combustible al vecino país, proceso que llevan a cabo todos los días, por lo menos dos veces, y esta actividad les deja recursos cercanos a los 10 mil bsf al mes, suficientes para "reacondicionar su hogar y vivir mejor".
Pero, ¿cómo lo hacen? Fuentes conocedoras del manejo de este "mercadeo ilegal" de los hidrocarburos, contaron a la periodista este transitar, el cual se pudo corroborar un par de días después, solamente al atravesar la línea fronteriza vía terrestre, pasando por las alcabalas de Capacho (móvil), Peracal y la Aduana Principal de San Antonio.
En principio, efectúan los contactos con las personas que les despachan combustible en las estaciones de servicio. En la mayoría de los casos sin consentimiento de los propietarios, sobornan tanto a los “isleros” como a los funcionarios encargados de introducir las placas de los automóviles en el sistema de automatización, porque solo está permitido surtir el tanque una vez al día, con 3 y 5 bsf. Allí deben invertir de 20 a 30 bsf, "bajo cuerda".
Dependiendo del vehículo que posea la persona: una moto, un carro mediano, una camioneta, un camión y hasta una gandola, podrá calcular cuánta gasolina o gasoil es capaz de transportar para negociarla al otro lado. Se estima que en un carro normal, sin alteraciones, se pueden introducir hasta cuatro o cinco pimpinas, o sea, hasta cien litros. En tanto que los “bicicleteros” y algunos motorizados hacen la "vuelta" desde los municipios cercanos, debido a que es más reducida la cantidad que pueden cargar.

Vehículos adaptados
Ahora bien, algunos optan por adaptar sus automóviles en lo que se refiere a latonería, y son conocidos como "vikingos", quienes transitan supuestamente para traer mercancías de Cúcuta a las almacenadoras. Allí les agrandan los espaldares de los asientos e inclusive instalan plásticos en los cauchos para lograr llevar hasta 300 litros, es decir, lo que hacen quince pimpinas, que multiplicados por 70 bolívares (precio al cual pagan la pimpina) representan ingresos de 1000 bsf, aproximadamente, por pasar solamente una vez al día, pero hay muchos que bajan hasta tres veces.

Pago de "vacuna" en alcabalas
Otra forma que se comenta, pero de la cual nadie da pruebas, es que cuando los "gasolineros" bajan con mayor frecuencia, son detectados por las autoridades, quienes les preguntan si desean seguir pasando “completo” o sin el cargamento; a cambio deben pagar desde 10 bsf hasta 50 bsf o más, dependiendo de la magnitud de la carga de combustible que pretendan llevar a Colombia. Inclusive, refieren las fuentes consultadas que una gandola -con 37 mil litros de gasolina- puesta en territorio colombiano puede llegar a costar de 100 a 140 mil bsf.
En algunos puntos de control el cobro lo efectúan determinados militares, tanto de la Guardia Nacional como del Ejército, policías y vigilantes de Tránsito, así como en el último puesto, ciertos funcionarios de la Aduana de San Antonio. Allí estarían los llamados "poteros", quienes se encargan de cobrar a los conductores su respectiva "vacuna". Todos tienen su comisión “bajo cuerda”, dicen los entendidos, que prefieren el anonimato.
Cada vez que pasa un automóvil que lleva combustible de contrabando, "ellos anotan las placas, con la identificación del carro, a fin de llevar un control, y entregan al conductor un pase, y éste a cambio le entrega el dinero bien envuelto, el cual es entregado al "jefe".
Otra persona, a la cual denominan "mosca", se adelanta a los cargamentos de considerable tamaño, para cuadrar todo el trámite, les pongan los sellos en facturas o guías de movilización forjadas, y, de esta manera, facilitar la circulación del camión o gandola, a fin de que éste transite cargada de éste u otros insumos como alimentos de primera necesidad, cemento, cabilla, y hasta bombonas, entre otros, cuyos inventarios en supermercados de la región continuamente se ven reducidos.
Cuando aumentan las restricciones, quienes viven de esta actividad, por órdenes superiores o porque alguna autoridad civil y/o militar visita la zona, se alzan en protesta y cierran el Puente Internacional “Simón Bolívar”; por ende, varios contrabandistas toman medidas, como el almacenamiento de combustible en pimpinas de plástico, que son almacenadas en depósitos clandestinos, hecho que representa un riesgo para quienes habitan en estas zonas.
Toda la mercancía y el combustible retenidos por las autoridades en la frontera, de acuerdo con la normativa, debe ser redistribuido a la población a precio solidario, por medio de organismos como el Indepabis o jornadas sociales. En el caso de la gasolina y gasoil, los cargamentos son dirigidos al Destacamento de Fronteras, donde personal del Ministerio de Energía y Petróleo (Menpet) debe intervenir para el proceso de trasegado y/ o determinar las condiciones y el destino final del carburante.
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Definitivamente no hay mucho que agregar después de este relato que es una fotografía de la situación, cabe esperar que las autoridades se activen al respecto..!

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