Venezuela y la Gasolina + barata o + cara del mundo

Los precios de los combustibles en cualquier lugar del planeta representan una carga pesada para los propietarios de vehículos, esa carga en el tiempo se hace llevadera aunque por naturaleza el hombre siempre manifestará su inconformidad, nunca será tan barata como él desea, sin embargo siempre ha habido en las cantidades que se necesita y más.

Bajo este esquema ya es costumbre oír a choferes y propietarios de vehículos en todos los centros urbanos reclamar un precio justo para los combustibles, por su puesto esto es así, ya que justamente es el sector transporte el primer consumidor de carburantes fósiles del planeta.

Intersecciones de precios

Cada país de acuerdo con el esquema señalado tiene sus propias maneras de mantener su parque automotor en movimiento, y para eso cada uno tiene sus propias formas de producirlo y venderlo.

Lógicamente los países que no poseen reservas de petróleo deben pagarlo al precio fijado por el mercado internacional y eso justifica en primera instancia que sus combustibles sean costosos, y en segunda instancia el esquema impositivo propio de cada uno le agrega en promedio cerca del 50% del precio en forma de impuestos.

Esto es una realidad en países como Noruega, que produce petróleo y su gasolina es una de las más caras del mundo, y se repite como esquema de aseguramiento de ingresos en el resto de los países productores y consumidores como Estados Unidos, Colombia, Chile, Brasil, Honduras, esto por nombrar algunos de América donde el precio de los combustibles fluctúan al menos una vez por mes o menos, y su precio por galón ronda alrededor de los USD$ 3/Galón. Ahora, si el caso es en los países europeos el tema de los precios es aún más agudo, ya que se tienen precios que desde hace ya varios años flotan alrededor de Euros 1,5/Ltr y siguen inventando impuestos para intentar mantener la economía, España por ejemplo tiene el céntimo verde, el céntimo sanitario, entre otros.

Tan cara es la gasolina en Europa que en Italia la Fiat ofreció en 2013 pagar el primer año completo de combustible por la compra de algunos de sus modelos.

Hasta acá todo parece normal, si normal, porque aunque la población se queja, termina pagándola y recibiendo la contraprestación en servicios públicos de calidad, claro, con sus excepciones. Este esquema se mantiene dado que en todos éstos países el negocio energético lo manejan empresas privadas y públicas enfocadas en el mismo objetivo: hacer dinero para sus accionistas.

Tampoco es un secreto que todos estos países y el resto también, tienen problemas que resolver, unos más que otros, sin embargo es poco usual encontrar países donde se tenga varias tasas de cambio o diferentes monedas para uso local.

Tal es el caso de Venezuela que reincidió en el esquema de control de cambio con la creación de la comisión de administración de divisas (CADIVI) en febrero de 2003, y luego de más de una década de control cambiario, varias devaluaciones, mercado negro a la sombra y una reconversión monetaria, terminó por agregar otro tipo de cambio llamado Sitme y ya comenzando el 2014 cambiaron cadivi por cencoex, sitme por SICAD y como la presión a la sombra estaba fuerte, pues hubo otro nacimiento, si, el SICAD 2, que varía todos los días con una tasa alrededor de Bs. 50.

En resumen: cadivi pasó a la historia como el control de cambio más extendido en el tiempo antes de mutar a cencoex; el sitme no tuvo tanta suerte y con poco más de un año fue reemplazado por sicad 1 y como parecía haber nacido con polio, entonces nació sicad 2.

Si, con cencoex a Bs. 6,3 por dólar, sicad 1 a Bs. 10,00 por dólar y sicad 2 a Bs. 49,95 al cambio del día por dólar, se tiene un esquema económico sustentado en los precios del barril de petróleo y una sociedad que consume más gasolina  y gasoil de la que necesita.

¿Por qué sucede esto? Porque dicen por ahí que en Venezuela se tiene la gasolina más barata del mundo, claro esto era fácil decirlo hace un par de años atrás cuando sólo había cadivi a Bs. 4,3 por dólar y el litro de gasolina tenía un precio de USD$ 0,02, pero ahora la cosa ha cambiado porque al precio del cencoex llevo el mismo litro de gasolina a USD$ 0,015, sicad 1 lo bajo a USD$ 0,010 y sicad 2 lo tiene en USD$ 0,002.

Con estos precios de los combustibles en el país, solo quienes están lejos de la frontera están ajenos a la problemática que se vive allí todos los días para poder abastecerse del combustible para su vehículo, colas de cientos de carros que se pierden entre las calles de los barrios de poblaciones como San Antonio del Táchira o Ureña, por no decir más.

Ante esta situación que cualquier noruego, español o chileno podría llamar calamitosa, surgió la propuesta del gobernador del Táchira de aumentar el precio de la gasolina en la frontera a Bs. 20 para las estaciones de servicio fronterizas, en las que solo se vende combustible a vehículos de placa extranjera (colombianos). Las colas siguen ya que aún a ese precio les sigue resultando barato.

Es en este punto donde ya la contradicción es tan evidente que solo queda hacer la pregunta: ¿Cuántos dólares se pueden comprar con Bs. 20? Si, los mismos Bs. 20 con los que se  compra 1 litro de gasolina venezolana internacional.

La respuesta matemáticamente es sencilla, ahora econométricamente no lo parece tanto.

Imagínese que si lo paga a cencoex el litro de gasolina le sale en USD$ 3,17, si es a sicad 1 el precio llega a USD$ 2 y si lo cálcula a sicad 2 baja hasta 0,40.

Con esta realidad de todos los días, la respuesta más sencilla es: en la frontera el mercado negro es la tasa de cambio de uso corriente, dollarcucuta es un marcador y la gasolina sigue siendo la más barata aunque nominalmente calculada a cencoex resulte la más cara del planeta, ni siquiera los noruegos lo cobran tan caro. Entonces ¿cuál es el verdadero problema?

Ya en este punto, cualquiera podría darle respuesta a esta interrogante, ahora mientras no se intente resolverlo corremos el riesgo de terminar esperando que la suerte nos acompañe, que la sombra se termine de transformar en Sicad 3 y que la respuesta al final sea lacónicamente: rezar...